Rana fisgona mayor
La rana fisgona mayor es endémica del Pedregal y de ningún otro lugar del mundo. Pocos la conocemos quizá por su diminuta forma de existir, (disimulada como un fisgón). La Eleutherodactylus grandis es más pequeña que una moneda de $1 peso y se mueve viscosa entre las hierbas del matorral. Sujeta al suelo rocoso de esta ciudad expansiva y miope, esta minirana está en lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. A punto de desaparecer.
Lo mejor es que el canto de esta rana es un silbido. Y aunque es difícil encontrarla a diario, los que viven cerca de la zona de pronto pueden conocerla por el sonido, muy similar al canto de un grillo. El silbido lo repite aproximadamente 6 veces en un minuto y, cuando lo hace, su panza se infla y la diminuta rana fisgona se ve redonda y más viscosa que nunca.
El aumento de las temperaturas es responsable de empujar a docenas de especies de ranas al borde de la extinción en las últimas tres décadas, según los resultados que han sido publicados por un equipo de científicos latinoamericanos y estadounidenses.